No te olvides de tus pies. La mayoría de las glándulas sudoríparas se encuentran en los pies, así que a la hora de elegir unos zapatos pensalo muy bien. Evitá los zapatos de lona y utiliza cuero en su lugar. Para estar más seguro, invierte en plantillas especiales que absorban el exceso de sudor y asegúrate de tener un par de plantillas de repuesto.
Evita también los materiales sintéticos y baratos porque con ellos el pie no transpira y dificultan la correcta circulación del aire y aceleran la sudoración.
Por último no te olvides de mirar el pronóstico del tiempo porque lo último que necesitás es llevar demasiadas capas. Cuantas menos mejor, eso sí una campera fina nunca está de más.