mujer luego de realizar rutina de cuidado de la piel

¿Cómo hacer una rutina de cuidado de la piel?

La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo y, en general, solo prestamos atención a una parte de ella: la del rostro. Pero la piel del cuerpo también necesita atención y cuidado para mantenerse sana, sin signos de envejecimiento, y resistir las influencias externas que pueden agredirla como el sol o los climas extremadamente cálidos o fríos. Y lo mejor es saber y aprender cómo hacer una buena rutina para la piel.

Paso a paso para hacer una rutina de cuidado de la piel

En este sentido, implementar una rutina de cuidado resulta muy fácil, y las claves son cuatro: higiene, exfoliación, hidratación y protección.

mujer hidrata su piel en el baño

Higiene

La limpieza, que sirve para eliminar sudor, impurezas y otros residuos, permite que la piel se perciba limpia y aporta sensación de bienestar. Y, si bien con el baño diario alcanza (¡cuidado con la sobreexposición al agua caliente, que afecta la barrera hidrolipídica!), de la misma manera que no usás cualquier producto para limpiarte la cara no uses cualquier jabón para lavarte el cuerpo (tené en cuenta que siempre es mejor uno suave, de pH neutro). 

Otro ítem importante es la esponja: convienen las naturales. Y, por último, no te seques frotando la piel con la toalla, más bien hacelo dando pequeños golpecitos, para ayudarla a retener la humedad.

 

Exfoliación

Este es un gesto fundamental, porque además de barrer con células muertas, suciedad y otros residuos, al abrir los poros prepara la piel para recibir mejor los productos hidratantes que se aplican después. Lo ideal es usar un exfoliante bajo la ducha una o dos veces por semana, empezando por los pies y subiendo hacia el resto del cuerpo, siempre con movimientos circulares. Podés elegir un exfoliante fino, así no sentís molestias ni irritación, o un guante de crin, perfecto para un pulido suave.

mujer en la ducha cuidando su piel
mujer con piel cuidada

Hidratación

Todos los días hay que aplicar una hidratante en la piel del cuerpo y, en las zonas más secas como codos, talones y rodillas, conviene repetir el procedimiento una segunda vez y/o probar con aceites o fórmulas más untuosas. Porque la hidratación es el hábito que mantendrá tu piel protegida, suave y confortable, evitando que se reseque y estimulando una descamación ordenada. 
Además, muchas veces esos mismos productos sirven para tratar problemas puntuales, porque la mayoría de estos problemas tienen relación con la falta de lípidos, esenciales para la buena salud cutánea.

Protección

Cuidarse de los rayos solares tiene que ser un hábito –y no solo en verano- cada vez que vayas a estar al sol (y siempre optando por un producto cuyo SPF sea el adecuado para tu tipo de piel). Porque como la piel del cuerpo está menos expuesta a la agresión de los rayos UV que la de la cara, cuando se enfrenta al sol resulta más vulnerable. También hay que incorporar a la rutina la costumbre de regenerar la piel agredida por el sol con la aplicación de una loción o gel refrescante.

mujer hidrata su piel
alimentos saludables para tener una piel sana

La alimentación también ayuda

Además de cuidarla desde afuera, a la piel del cuerpo hay que cuidarla desde adentro. Por eso una dieta sana es la base de una piel linda y que no envejezca antes de tiempo. Tomá nota de esta lista de alimentos, que son efectivos para colaborar con la elasticidad e hidratación de tu piel:

Frutos rojos: de alto poder antioxidante, sí o sí deben estar incluidos en la ingesta diaria.
Tomate y zanahoria: contienen betacarotenos, lo que los convierte en dos alimentos esenciales para lucir una piel saludable.
Proteínas magras: incorporar en la alimentación pavo, pollo y todos los tipos de pescados ayudará a que la piel se conserve más joven.
Palta: aliada irremplazable de una piel reluciente, conviene agregarla a la dieta dos o tres veces por semana.
Agua: beber dos o más litros por día. 

Siempre que tengas dudas, recomendamos que siempre lo consultes con un médico especialista, para que te evalúe de manera profunda, haga un diagnóstico y recomiende los productos o tratamientos indicados según tu problemática.