Por último, distinguir que en los protectores solares podemos encontrar dos marcadores de protección distintos: FPS o SPF y PPD. El primero indica cuánto aumenta la protección natural de la piel frente a los rayos UVB (un FPS 50 aumenta 50 veces la protección natural frente a la luz solar), y el segundo marca la misma protección, pero respecto a los rayos UVA. Mientras que los rayos UVB, que representan el 5% de la radiación ultravioleta, son los responsables de activar la melanina y que la piel se broncee, pero también de provocar daños visibles como las quemaduras de sol, los UVA, que representan el 95% de la radiación ultravioleta y son invisibles, envejecen las células de la piel, dañan el ADN, y favorecen tanto el envejecimiento como la aparición de manchas y arrugas.