Nos encanta el sol, siempre y a toda hora: en la playa o cuando vamos a esquiar... Nos divertimos y nos hace sentir bien, pero también es obvio que debemos protegemos. El factor de protección solar (FPS) es uno de los elementos que determinan la eficacia de un protector solar. Las pantallas solares y bloqueadores protegen la piel de los rayos UV, lo que ayuda a prevenir las quemaduras y los radicales libres. Por muy agradable que sea tomar sol, todos somos, en mayor o menor grado, sensibles a la luz del sol y podemos necesitar una protección baja o un bloqueador solar.
Es importante tener en cuenta que, existen diferentes tipos de piel en función del tono de la misma, el cabello y los ojos de la persona, lo cual también determina cuánto tiempo podemos exponernos al sol y que factor deberíamos utilizar. Las pieles claras necesitan protegerse más del sol que las pieles oscuras, de forma que cada tipo de piel requiere un factor de protección solar específico.