¿Por qué aparecen manchas en el rostro?

Las manchas en la cara –también conocidas como melasma- aparece cuando la producción de melanina aumenta y esa melanina producida en exceso no se distribuye de manera uniforme en la superficie del rostro, acumulándose en diferentes zonas.

Razones de aparición de manchas en el rostro

Existen muchas razones por las que surgen las manchas faciales:

• Una excesiva exposición al sol
• La edad (la hiperpigmentación aumenta con el envejecimiento de las células)
• Los cambios hormonales ocurridos durante el embarazo
• El consumo de anticonceptivos orales
• La ingesta de medicamentos fotosensibles
• El fototipo (las pieles más oscuras son más propensas a la aparición de manchas)
• La predisposición genética
• El uso de ceras depilatorias

En el caso de las manchas surgidas durante el embarazo, cabe destacar que suelen desaparecer después del parto. Pero el resto suelen durar muchísimo tiempo, dependiendo siempre del tratamiento que hagamos y del cuidado que tengamos con el sol.

Tipos de manchas faciales

• Epidérmico: tienen un tono amarronado
• Dérmicas: son de un gris azulado
• Mixtas: muestran un color pardo grisáceo, que es una combinación de las dos anteriores

Otros datos que conviene saber es que una piel lesionada por quemaduras, marcas de acné o cicatrización de lesiones desarrollará manchas con mucha facilidad si está expuesta a los rayos UV, y que el melasma es una patología principalmente femenina, ya que solo el diez por ciento de los hombres la padece.
Importante: si una mancha cutánea cambia de color, forma, tamaño, pica o sangre, hay que consultar con un dermatólogo para descartar enfermedades más complejas, como el cáncer de piel.

Cómo quitar y cuidar estas manchas faciales

La mejor manera de prevenir la aparición de manchas es con fotoprotección constante todo el año –aún en invierno- y cuidado responsable al estar expuesto al sol. Algunos consejos importantes:

• La protección solar, también en días nublados, ayuda a evitar el surgimiento de manchas cutáneas o el agravamiento de las ya existentes. Por eso es fundamental no estar en contacto directo con el sol en las horas de mayor radiación.
• Es muy importante elegir correctamente el producto de protección solar: el SPF debe ser como mínimo de 30. La aplicación del protector debe hacerse cada tres horas, capa sobre capa, reaplicando cuando nos bañamos en la pileta o el mar, y en una cantidad suficiente como para que cubra ampliamente la zona a cuidar.
• Es aconsejable adquirir nuevos hábitos y usar siempre ropa y complementos para el tratamiento y control del melasma, como gorros, sombreros, anteojos de sol y sombrillas.