Los quistes de millium (grano enquistado) son unas pequeñas protuberancias blanquecinas o amarillas que aparecen cuando la queratina (o proteína presente en la piel, pelo y uñas) se va acumulando en los poros de las glándulas de la piel hasta obstruirlos. Este tipo de grano en la piel suele encontrarse en zonas del rostro como los párpados, pómulos, mandíbula y parte posterior de las orejas. Aunque no se saben la causas exactas de su aparición, sí existen factores que aumentan la probabilidad de padecerlos, como haber sufrido alguna afección cutánea como quemaduras y el consumo de ciertos medicamentos como los corticoides.

Los granos comunes son el tipo de protuberancias en la piel que suelen aparecer cuando sufrimos acné. Este tipo de granitos están provocados por la infección y obstrucción de los folículos pilosos debido a la acumulación de sebo, células muertas y otros restos de suciedad en la piel. Este tipo de granos suelen caracterizarse como pequeños bultos de tono rojizo que pueden aparecer en cualquier parte de nuestro rostro.

Los comedones, también conocidos comúnmente como espinillas, son unas lesiones que aparecen cuando el conducto o canal del folículo queda obstruido por una excesiva producción de queratina. Este tipo de granos en la piel suelen ser más frecuentes durante la adolescencia y suelen aparecer en zonas del rostro como la nariz. Dentro de estos granos, los comedones o espinillas pueden ser de dos tipos:

1. Puntos negros o comedones: son los comedones abiertos y adquieren esa tonalidad oscura debido a la oxidación de las grasas o por el contacto de la piel con el medio ambiente. La forma más eficaz de tratar un punto negro es mediante una limpieza facial realizada por un profesional. Sin embargo, también podemos realizar exfoliaciones con productos específicos en casa para eliminar la acumulación de grasa y suciedad de los poros.
2. Puntos blancos o comedones: son los comedones cerrados y se caracterizan por ser unos granitos muy pequeños con una punta blanca. En este caso, la mejor forma de tratarlos es con la aplicación tópica de lociones o antisépticos que ayudan a reducir la inflamación. Sin embargo, en los casos más graves o persistentes siempre es conveniente consultar a un dermatólogo.

El grano interno, también conocido como grano enquistado, es una protuberancia que aparece en el rostro cuando los poros de la piel quedan profundamente obstruidos. Este tipo de grano se caracteriza por no tener un punto central blanco o negro y por ser de color rojizo y doloroso, debido a la inflamación que provoca en nuestra dermis. Aunque las causas de los granos internos suelen derivar de los cambios hormonales, los granos enquistados también pueden estar causados por factores como una dieta inadecuada, el estrés, la alergia a algún producto o el uso de cosméticos demasiado agresivos para la piel.

Los forúnculos son una afección cutánea provocada por una bacteria conocida como Staphylococcus aureus, la cual suele encontrarse en la piel, especialmente en la zona interna de la nariz. Sin embargo, esta condición cutánea también puede desencadenarse por factores como la diabetes, tener un sistema inmune debilitado o padecer otras afecciones cutáneas como los eczemas o el acné común.
Los forúnculos pueden surgir en cualquier lugar del cuerpo pero suelen darse en el rostro, las axilas, el cuello o los muslos internos. Se diferencia de otros tipos de granos por ser bultos rojizos muy dolorosos con una punta blanca de pus y por aumentar de tamaño a medida que se llenan de este líquido.

El acné conglobata es una afección grave y crónica que se caracteriza por comenzar con la aparición de espinillas y granitos comunes hasta derivar en lesiones más severas que destacan por ser dolorosas, de tono rojizo (debido a la inflamación), con pústulas o pus e incluso por desfigurar las facciones de la cara (en los casos más graves). Además de ello, el acné conglobata también puede provocar abscesos profundos, fiebre y deformaciones en otras partes de la piel como el cuello, el pecho, las nalgas y los muslos.