Labios quemados por el sol: ¿cómo prevenirlo?

Los labios poseen la piel más fina de todo el cuerpo, y a su vez la más sensible, pero ¿qué pasa con el sol? La capa externa de la piel de los labios es delgada, por lo que, en su estado natural, no están adecuadamente protegidos ante los rayos UV y además nunca están cubiertos. Los labios sufren escasez de melanina, el pigmento natural de la piel que podría ayudar a protegerlos del sol. Y si bien no suelen broncearse, sí pueden sufrir lesiones.


Para prevenir las quemaduras en los labios causadas por el sol, puedes seguir estos consejos:

  • solar labial: Aplica un protector solar específico para labios con un factor de protección solar (FPS) de al menos 30. Asegúrate de que contenga ingredientes que protejan contra los rayos UVA y UVB. Reaplica cada dos horas o después de comer o beber.
  • Usar sombrero o gorra: Además de aplicar protector solar en los labios, protege tu rostro del sol utilizando un sombrero de ala ancha o una gorra con visera. Esto proporcionará sombra adicional y reducirá la exposición directa al sol.
  • Evitar la exposición al sol en horas pico: Intenta limitar la exposición al sol durante las horas en las que los rayos son más fuertes, generalmente entre las 10 a.m. y las 4 p.m. Si es posible, busca sombra o quédate en interiores durante este período.
  • Mantener los labios hidratados: Utiliza un bálsamo labial hidratante regularmente para mantener tus labios suaves y humectados. Nivea tiene su línea de protector solar para labios FPS 30 Sun Protect, que previene al 100% quemaduras y afecciones.
  • Evitar lamer los labios: Aunque pueda ser tentador, evita lamer constantemente los labios, ya que la saliva puede resecarlos aún más y aumentar el riesgo de quemaduras solares.
  • Buscar sombra: Siempre que sea posible, busca áreas sombreadas o utiliza un parasol cuando estés al aire libre para protegerte de la radiación directa del sol.
  • Hidratarse adecuadamente: Beber suficiente agua es importante para mantener la piel y los labios hidratados desde el interior. Asegúrate de mantener una buena hidratación durante todo el día.
Recuerda que la protección solar no solo es importante para los labios, sino también para el resto de la piel expuesta. Es importante ser conscientes del horario de exposición al sol, como también aplicar protector solar en otras áreas expuestas, como la cara, los brazos y las piernas. Se recomienda además usar gorros y sombreros.

Cuidar el sistema inmunológico es muy importante. Las personas con tratamientos médicos duraderos por enfermedades graves no deben exponerse directamente al sol ya que los rayos ultravioletas merman el funcionamiento inmunológico y con ello su capacidad regenerativa.

¿QUÉ TRATAMIENTO DEBO HACER SI YA TENGO LOS LABIOS QUEMADOS?

El tratamiento para labios quemados consiste, básicamente, en disminuir y calmar los síntomas y tomar una serie de precauciones añadidas.

Tener los labios quemados va a provocar molestias debido a la inflamación que se produce y aparecerá dolor al comer e, incluso, al hablar.

Si estás en la fase inicial y aún no tienes úlceras y no se han formado ampollas debes aplicar un bálsamo reparador labial. Es importante elegir bálsamos reparadores con ingredientes naturales como los lípidos vegetales (manteca de karité), el aceite de rosa mosqueta (antioxidante), aloe vera, ácido hialurónico o vitamina E.
Si la quemadura sufrida en los labios ha generado heridas debes aplicar una pomada antibiótica para evitar infección bacteriana, habiendo consultado previamente con un médico especializado y de confianza.

No usar vaselina para estos casos, ya que retienen el calor en la piel y causará más daño aún. Evitar alimentos picantes y la exposición directa al sol.

La protección labial es la que más rápido se quita de la piel. Por esta razón, se recomienda aplicar la cantidad de veces que sea necesario durante el día, para humectarla y protegerla del sol.
AVISO LEGAL: Toda información proporcionada en este artículo debe ser considerada como una guía informativa y no como un consejo médico. Esta información no reemplaza la atención médica, el diagnóstico, ni el tratamiento que sólo un profesional que lleva la historia clínica puede brindar. Cualquier uso práctico que se le pretenda dar a dicha información deberá ser previamente consultado con un personal de la salud.