1. HIDRATACIÓN.
Mantener la piel hidratada es el primer paso para ayudarla a recuperar la tersura y elasticidad que tenía antes del embarazo. La mejor forma de conseguirlo es bebiendo abundante agua durante todo el día y después de realizar actividad física. A la vez, también es importante hidratar la piel desde fuera recurriendo a las cremas hidratantes y aceites esenciales que le aportarán las vitaminas y nutrientes que necesita.
2. ALIMENTACIÓN
Prestar atención a nuestra alimentación es imprescindible a la hora de cuidar el tejido de nuestra piel durante el embarazo. Los alimentos ricos en antioxidantes son nuestros primeros aliados, ya que contribuyen a estimular la producción de colágeno y elastina, dos proteínas que le confieren a la piel su flexibilidad y firmeza. A la vez, también debemos ocuparnos de consumir alimentos ricos en vitamina E, como las nueces, el aceite de soja o la espinaca. Estos ayudan a renovar las células de la epidermis y la dermis devolviéndole a la piel la elasticidad que perdió con el embarazo.
Compartir