Cuidados para una piel seca por diabetes

Persona con las piernas encremadas luego de afeitarse

Las enfermedades metabólicas inciden directamente en el envejecimiento cutáneo prematuro. En el caso de las personas que padecen diabetes, 

pueden tener una mayor propensión a tener problemas asociados con la sequedad de la piel.

Lo que sucede es que los altos niveles de glucosa en sangre favorecen la pérdida de líquido y consecuentemente la piel se reseca provocando picazón, dolor y grietas.


Principales consejos para mantener la piel hidratada y cuidada:

  • Mantén la piel limpia: evita el uso de productos con colorantes y perfumes, utilizando siempre jabones neutros. 


  • Seca la piel cuidadosamente: siempre ten en cuenta secar bien la piel luego de un baño, utilizando una toalla suave que no genere irritación. Verifica todos los pliegues de las manos, codos, dedos y entre las piernas para asegurarte que están completamente secos para evitar infecciones por hongos o bacterias.


  • Mantén la piel hidratada: el uso de cremas humectantes resulta clave para evitar la resequedad y comezón. Es importante aplicar una emulsión hidratante varias veces al día para mantener la piel suave y elástica, especialmente en climas fríos o ambientes acondicionados.

 

Persona afeitándose las axilas
Persona afeitándose las piernas
  • Evita rascarte: siempre ten cuidado de no generar raspones ni sarpullidos. 


  • Toma baños cortos y con agua tibia: ducharse en exceso o con agua muy caliente no es aconsejable para personas con sensibilidad cutánea, ya que afecta la hidratación y reduce la capa protectora de la piel contra agentes contaminantes externos. 


  • Cuida bien tus pies: revísalos todos los días para detectar llagas y cortes. Usa zapatos anchos y planos que sean cómodos. Ante cualquier molestia, siempre acudir a un médico.


  • Toma mucha agua: por lo menos 2 litros al día para mantener el cuerpo hidratado.


  • Mantén la humedad en los ambientes: durante los meses fríos y secos, mantén tu hogar más húmedo utilizando un humidificador u otros medios. 


  • Seguir siempre el tratamiento indicado: finalmente, resulta muy importante seguir tanto la dieta como el tratamiento recomendado por el especialista en todo momento evitando complicaciones de cualquier tipo.  

 

En todos los casos, el cuidado de nuestra piel debe ser parte de una rutina diaria que se alinee a las necesidades específicas de nuestro organismo. Aunque a veces puede parecernos difícil, una vez que nos decidimos a comenzar una rutina, si la sostenemos con el tiempo se vuelve cada vez más fácil y los beneficios más visibles.
AVISO LEGAL: Toda información proporcionada en este artículo debe ser considerada como una guía informativa y no como un consejo médico. Esta información no reemplaza la atención médica, el diagnóstico, ni el tratamiento que sólo un profesional que lleva la historia clínica puede brindar. Cualquier uso práctico que se le pretenda dar a dicha información deberá ser previamente consultado con un personal de la salud.